Una amistad que recorre las calles de Londres
Según se lee, a mediados de marzo cuando el bajaba las escaleras y se encontraba a punto de salir con una amiga, vio brillar en la oscuridad los ojos del gatito y fue desde entonces que el minino y el músico tuvieron una conexión. James notó que el pequeño no le tenía miedo y que desprendía mucha personalidad.
No pude evitar arrodillarme y presentarme ‘Hola, compañero. No te había visto antes, ¿vives aquí?, le dije. Él solo me miró con esa estudiosa y levemente distanciada expresión, como si todavía estuviera evaluándome”
Luego se acercó, lo acarició y notó que no tenía collar, quiso llevárselo a su casa pero su amiga le dijo que no podía hacer eso, que capaz el pequeño esperaba a sus dueños. Fue así que se despidió, pensando que con su situación actual de músico fracasado y aún recuperándose de una vida de adicción a las drogas, lo que menos necesitaba en ese momento era una responsabilidad más.
Con él paso de los días, Bowen siguió viendo al gato en el mismo lugar hasta que un día lo vio muy mal y decidió tocar a la puerta donde lo veía siempre. Le preguntó al joven que atendió al llamado si era suyo y como este le dijo que “no tenía nada que ver con él”, el músico lo adoptó, le dio un nombre y hoy día este tiene hasta un lugar en su hombro.
“Un gato callejero llamado Bob: Cómo un hombre y su gato encontraron esperanza en las calles”, es el nombre del libro en el que este hombre contó lo que vivieron con su fiel compañero durante esos largos años de amistad; muchas de las miles de aventuras que compartieron y la frase que define el que se hayan encontrado: “Todos los días nos dan una segunda oportunidad”
Ellos se dieron una ese 2007 cambiando para siempre el destino de sus vidas y hoy, un libro deja testimonio del extenso amor que trasciende las especies y llena el corazón de estos dos seres.
Fan Page: James Bowen & Street Cat Bob.
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