They gave us a way
Una vez, específicamente el 7 de julio de 2012 había dicho lo que cualquier fanático diría en esta ‘era de los grandes conciertos’ en Paraguay. “Ojalá algún día vengan por acá” mientras veía vía streaming como tocaban en Madrid. Y por “acá” esperaba por lo menos un Buenos Aires o Sao Paulo, no precisamente Asunción, porque en ese momento parecía demasiado pedir. Y la frase quedó ahí, dicha y olvidadísima; una frase de las que uno dice por decir como “ojalá algún día tenga un Ferrari y pueda gobernar una isla en Centroamérica” (?)
Once meses después, una mañana de junio todo eso vino a mi cabeza con este notición junto con esta imagen. Y contaba los meses que parecían interminables para por fin ver a una de mis bandas favoritas. Averiguaba el precio de las entradas, donde podría comprarlas, quien iba, la expectativa y lo más importante… quién nos podría llevar y traer, considerando que vivo a más de 360 km de la capital y principalmente de este gran blog (?)
En fin, no los voy a aburrir con todo ese trajín. El ensueño de la banda californiana rompiendo la noche en el Jockey Club estaba tan cerca y la impaciencia reinaba ya en todo el recinto. Hasta que, pocos minutos después de las 21:30 aparecen estos locos de Los Angeles (y con ello se muere mi última y corta esperanza de que de la nada aparezca John Frusciante) haciendo ese show icónico desde hace años: Kiedis corriendo por todos lados, el poderosísimo bajo de Flea (que me pase viendo casi todo el concierto) y la potencia y perfeccción de Chad Smith, sumadas a la nueva cara de la banda, Josh Klinghoffer.
Luego del breve instrumental se vino un riff familiar junto con una batería que iba camino al climax inicial. La gente lo sabía y a medida que corrían las notas todos esperábamos ese arranque. Creo que recién ahí fue cuando caí en la cuenta de lo que estaba viviendo. Estaba viendo a mi banda de la adolescencia tocando Can’t Stop, tema cargado de energía que exaltó al público que ya quería verlos desde siempre.
Después saltaron al siguiente capítulo discográfico con el primer tema de Stadium Arcadium, Dani California, el cual tuvo el mismo efecto en el público, aunque en la parte del solo llegué a notar (alguien tiene que darme la razón) un agujero con forma de Frusciante (frase que tomo de la publicación de Uncut Magazine de Septiembre 2011 acerca de I’m With You, su último disco) De todas maneras todos estábamos delirando y desde ese momento mi mente empezó a imaginar cosas mientras disfrutaba de todas las luces que me dejaban aun más loco. “¿Dos temas excelentes de seguido? ¿O a mi nomás me gusta tanto RHCP que todos los temas me parecen geniales?”, pensaba. “¿Vendrán con todo esto? Van a regular seguro… ¡como regular si son los Red Hot!” y seguía liándome. Con Scar Tissue como tercero en la lista confirmé mis sospechas: estos vienen a quemar todos y cada uno de los cartuchos.
No lo digo como algo malo ni jamás lo haría, porque eran los temas que (lo admito) queríamos escuchar, al menos los principales. Más quedé impresionado que lo hagan agresivamente de entrada. Insisto, me gustan tanto los Peppers que hasta tengo una lista de más de 15 canciones que hubiesen estado muy buenas para el concierto (Storm on a Teacup, If, Blood Sugar Sex Magik, Love Rollercoaster, Especially in Michigan, Hump de Bump, The Power of Equality, Charlie por decir algunas, aparte de los grandes ausentes en general: Otherside y Around The World) y por tanto todas las canciones me parecen grandes éxitos. Quizás haya sido eso. Es decir, ¿¡qué más quería?! Los tenía enfrente tocando por primera vez en mi vida y en mi propio país. Definitivamente lo que ellos me den sería lo mejor de lo mejor. Aclaro que al escribir esto me siento raro, porque lo estoy pensando ahora mismo que estoy más calmado. Pero en el concierto me sentía hiper feliz, hiper afónico e hiper emocionado, como debía ser.
Justamente hablando de éxitos siguió Look Around, uno de los singles salidos hace un tiempito atrás, tema donde muestran que no perdieron ese toque que no sé como definirlo pero que me encanta. La escenografía era completamente espectacular, nada cargado y genialmente expresivo y completo. La expectativa crecía a medida que pasaban los segundos y se hacía aún más grande, porque al empezar con todo uno no sabía con que se iba a encontrar al final de cada tema… y no me equivoqué, porque después inició esa intro hermosa que, totalmente sin ánimo de sonar pobre o dar lástima, encierra y simboliza todas las pocas cosas lindas que tuve entre los 14 y los 17 años. El tema que dio música a una etapa de mi vida. Si, mi pretérito adolescente renació con Snow ((Hey Oh))
Desde ahí definitivamente me dejé llevar por esos minutos únicos, los cuales después de un mágico y fulgurante flashback me llevaron a comienzos de los 90s cuando todavía ni siquiera estaba en el vientre de mi madre, una canción suave con la que hasta podrías dormir a un nene. Lo digo más por la melodía que por la letra de Soul To Squeeze. Pero para despertarse otra vez y casi como preciosa cachetada volvió la locura y empezó un majestic master of mayhem como lo habrían dicho ellos en sus comienzos. La rapidez de Right On Time hizo que todos empiecen un lindo pogo y en mí provocó que me gustase más la versión en vivo de este tema que la de estudio (considerando que es la penúltima de Californication y está delante de Road Trippin’)
Para seguir con ese feeling recurrieron nuevamente a otra arma de su último material, The Adventures of Rain Dance Maggie, otro de sus singles recientes y donde también siguen mostrando esa caracteristica bien Pepper o mejor dicho post-Californication, más melódica. De repente, las pantallas que los mostraban toman un aspecto fuera de lo nítido. Era hora de salir de lo cuadrado, tal como expresa Throw Away Your Television, la cual tuvo una presentación que realmente se encontraba bien en el ambiente del tema.
Sabemos que a lo largo de la historia de la banda hay temas varios, especialmente todos aquellos vividos en la tumultuosa vida de Anthony. Pero el siguiente en particular iba dedicado, como dijo Flea antes de interpretarlo “para los amigos, los más grandes” y no lo decía en vano: esta música no solamente nos catapulta a la época de The Uplift Mofo Party Plan allá por el ’87, sino que también nos recuerda a un miembro fundador muy apreciado, querido e importante, pues fue él el que le dijo a Michael Balzary para iniciarse en el bajo y fue la gran influencia de Frusciante. Este gentil hombre era Hillel Slovak, el primer guitarrista que tuvo RHCP. Y este tema era el poderoso Me & My Friends.
Reforzando el párrafo anterior, llegamos al tema más tranquilo y suave de la gran noche. Juré que si lo tocaban iba a gritar “¡CON ESTA CANCIÓN YO ENTRE EN MI COLACIOOOOOOOON!” exactamente como quinceañera emocionadísima y drogada (?) Bueno, lo de drogada no sé si salió pero capaz si lo de quinceañera, porque era otra canción de esas que musicalizan momentos de la vida. Era la melódica Under The Bridge que la gente extrañamente (al menos así lo percibí) no lo coreó como hubiese esperado. Pero lo que si no esperaba era la improvisada que iba a venir después con el clásico “ole, ole, ole… Red Hot! Red Hot!” con una guapeada de Flea, Chad y Josh.
Luego vendría otro tema nuevo, en este caso Ethiopia el cual no tuvo mucha reacción de la gente, quizás porque aparte de ser de I’m With You no es uno de los principales temas de dicho disco. Sin embargo no le quita jamás la genialidad y la interpretación exacta que tuvo, así como los demás temas. Fue entonces que vino una inyección anímica blood-sugar-sex-magikiana con Suck My Kiss, a mi gusto uno de las creaciones de RHCP con más actitud. Bah, todo el disco fue una de sus mejores expresiones, por no decir la mejor. Es por algo que Blood Sugar Sex Magik es su disco más vendido.
Por si no hubiese sido suficiente, vinieron dos claves. Ambas clásicas, ambas unos himnos, ambas unos éxitos totales. La primera es un descripción de la parte oscura de ese lugar de luces llamado Hollywood y la siguiente tiene su historia en su videoclip, donde un taxista quiere llevárselo a Anthony a toda costa. De que más hablamos si no de Californication y By The Way, siendo este último el tema que realmente hizo mover a la multitud. En la mayoría de los conciertos de RHCP la misma suele ser recibida con grandísima aceptación… y afortunadamente Paraguay no fue la excepción.
Aquí vendría un pequeño descanso de unos 15 minutos aproximadamente. Esta vez, si Suck My Kiss no había sido suficiente para mostrar el lado más auténtico de los Peppers, acá llegaba Sir Psycho Sexy con esa letra atrevida, grosera y egocéntrica de un Kiedis lleno de sí mismo como lo era cuando lo grabaron; palabras para nada criticables ni despreciables, porque fue así que su popularidad y fama subió a una tremenda velocidad. Tanta, que motivó la primera salida de Frusciante en aquella época, dejando inclusive un tour sin acabar por el camino.
Bajo esta línea, luego de un ligero cambio de tiempo tanto cronológico como rítmico mediante Meet Me At The Corner (otro de I’m With You) acabamos en un hito que también acompaño a las otras piezas mencionadas más arriba. Uno de mis favoritos (y sé que también lo es de ustedes por ser uno de los temas de excelencia). Fue así como Give It Away fue el capítulo final de esta experiencia inolvidable que, sorprendentemente, duró ‘apenas’ unas dos horas, cuando estoy seguro que el público quería mucho más y estaba para todo, aunque no haya acompañado en ciertas partes de esos increíbles 120 minutos.
De todas maneras, como digo después de cada concierto, ¿de qué podría quejarme? Caigo en un miedo donde entran en conflicto mi exigencia y mi satisfacción plena. Por ejemplo, es cierto que Klinghoffer no es Frusciante. Es más, menciono más a John que a Josh, aunque el primero hoy día ya no tenga nada que ver. Pero también es cierto que todo tiene su tiempo y seguramente encontrará la forma de encontrar su sonido propio. Además, es realmente admirable que se anime a cubrir una ausencia tan grande. Quizás también, como dije más arriba, nos quedamos con las ganas de escuchar un montón de temas más del amplio repertorio de los 30 años de esta banda histórica del rock, pero tampoco puedo decir que no tocaron todo lo que quería.
¿A qué quiero llegar con esto? Esas cosas pequeñitas se las digo porque las tenía guardadas y en ciertos tramos puede parecer que fueron condicionantes para definir la calidad del jolgorio. Al contrario, el concierto fue realmente para mi una experiencia de vida que recordaré por siempre, más por lo que significa su música para todos los que somos fanáticos de ella. Es por ello que decidí enfocarme más en lo que nos provoca Red Hot Chili Peppers más que en los detalles del evento. Porque creo que al menos uno de ustedes, apreciadísimos lectores y amigos, se sentirá identificado con lo que digo. I mean, f*ck everything! They really gave us a way.
¡Me encanta como escribís! Pero quiero acotar algo, definitivamente Frusciante es como el/la ex que no podemos superar jajaja fin.
¡Mil gracias Lore! ¡Que bueno que te gusto! Faltabas vos ahí en el concert :/
Y tenés razón, reemplazar a alguien importantísimo no se puede de la noche a la mañana, ¡pero hay que darle a Josh que se anima y quiere llevar la megacarga encima! En los próximos trabajos de RHCP seguramente todos los ojos estarán otra vez sobre él, asi que esperemos que lo consiga jaja :) fin (?)
“Los GRANDES SUCESOS depende de INCIDENTES PEQUEÑOS”
Por esos PEQUEÑOS DETALLES que te alegran la vida ! ! !
SALUD !!!
Aguante RHCP. . .
¡Exactamente! ¡Cada detallecito es importante para que cuando se junte todo lo grande se vuelva espectacular! Gracias por enseñarme lo que es la buena música :) jaja