The Last of Us: Una obra maestra
Si pudiera resumir mi experiencia con The Last of Us, diría algo como “es uno de esos juegos que solo aparecen de tanto en tanto”. Así como esos genios que con suerte aparecen una sola vez por generación; no hay mejor forma de definir The Last of Us. Eso es que quiere dar a entender, y es eso lo que logra.
The Last of Us es la última apuesta del conocido desarrollador first-party de Sony, Naughty Dog; así como ocurrió con Crash Bandicoot o Uncharted, The Last of Us es un título que vuelve a reflejar el potencial que posee dicha empresa, esta vez en la forma de un juego con una historia oscura y desesperada sobre un hombre y una chica mientras viajan por un Estados Unidos post-apocalíptico. Lo increíble que es The Last of Us bien lo podría comparar con un gol durante un partido de fútbol, pero no un gol cualquiera: hablo de esos goles donde ya sea un medio-campista o un delantero recibe la pelota, se da cuenta que de él depende todo, y se visualiza a sí mismo metiendo un gol increíble. Entonces va hacia adelante, driblando y pasando los defensas con una habilidad sorprendente, y cuando llega al punto patea la pelota con todas sus fuerzas, confiado que va a entrar al arco, y lo hace. Así de emocionante, así de increíble es The Last of Us, dejando bien atrás a muchos juegos dentro del mercado. Es sencillamente la mejor experiencia para PlayStation 3, y que deja en claro que el equipo de Naughty Dog está sin duda entre las más grandes desarrolladoras dentro de la scene.
The Last of Us directamente coloca al jugador en un Estados Unidos en declive, destruido, y que le recuerda a todo momento que está rodeado por el dolor, la miseria, y la muerte. Así es como el jugador asume el papel de Joel, 20 años después que una atroz infección de hongos, los Cordyceps, exterminaran a la mayoría de la humanidad. Naturalmente, es una situación decididamente triste, que se opone muy a menudo en contra de los brillantes escenarios: exteriores inhabitados y salvajes, así como ciudades que poco a poco van siendo “conquistadas” por la naturaleza. Las diferentes facciones, una conformada por lo que queda del Gobierno y la otra por sobrevivientes renegados, hacen lo que pueden para sobrevivir. Pero siendo sinceros, estás en un mundo donde hay pocas cosas por las que valen la pena seguir viviendo. The Last of Us hace un trabajo genial al hacer sentir todas esas emociones: el poner la desesperanza, la desesperación sobre tus hombros, como se sienten tangibles de principio a fin; el como el ambiente está en perfecta sincronía con dichos sentimientos para que hagan sentir a uno como si realmente estuviera ahí. El como cada detalle en el ambiente tiene su razón de ser y estar ahí, como cada detalle cuenta una historia. Es que The Last of Us no se trata tanto de lo que pasó con la humanidad, si no del viaje de dos personas.
A través del juego, la relación de Joel con la chica, Ellie, es lo que mueve la trama hacia delante, y Ellie rápidamente se vuelve el centro de atención. Las Conversaciones Contextuales que ofrece constantemente el juego entre los dos personajes es la mejor forma de observar como evoluciona su relación. Mientras que Joel es el que se mancha las manos con sangre para sobrevivir, y con justa razón, Ellie es algo más compasiva, a falta de otra palabra. No se trata de que sea inocente, ella también llegó a matar para poder sobrevivir. Más se trata del hecho que ella nació en la desolación de la situación, en lugar de los otros personajes que antes de lo ocurrido tenían vidas normales y corriente; las preguntas que ella hace del mundo anterior que ahora parece un sueño distante, son las que terminan en las conversaciones que uno disfruta a lo largo del juego. Ahora, moviéndonos al apartado gráfico, también hay para hablar. Tal vez exagere, pero The Last of Us es sencillamente la mejor experiencia gráfica de la consola de Sony hasta la fecha. El apartado visual luce increíble tanto in-game como durante las escenas; combinen eso con una historia de película, un trabajo de voces excelente, y una banda sonora fabulosa compuesta por nada más y nada menos que Gustavo Santaolalla, y tienen un juego que pone la firma que será toda una experiencia.
Más arriba, había escrito sobre las facciones que uno va encontrando durante el juego. El como ambos bandos son hostiles frente a cualquier persona, incluso Joel y Ellie. Da la impresión que los humanos son el peligro central, el que todo se trata de un todos contra todos, de la supervivencia del más fuerte y el más apto, pero no es así.¿Recuerdan los Cordyceps de los que hablamos más arriba? Pues bien, resulta que no solo matan a las personas, si no que las convierten en monstruos delirantes a los que se les llama Infectados. Y estos amigos, quienes por cierto pueden infectarte también, son una amenaza aun mayor que los humanos sobrevivientes. Pasa que estos Infectados ya no necesitan practicar la auto-preservación, si es que me explico, y no dudarán ni un segundo en atacarte. Ya sea pelees con los Infectados de “menor nivel”, los Runners o, sus contrapartes totalmente mutadas y ciegas, los Clickers, siempre sentirás como el miedo es palpable, especialmente cuando sabes que una vez que ya hundieron sus dientes en tu carne es un Game Over. Ahora, los enemigos humanos por otro lado, son más inteligentes: siempre trabajan juntos y trazarán su estrategia basándose en lo que hagas. Cada escenario donde toque pelear está diseñado para ser encarado de diferentes maneras, y eso es lo que le da a The Last of Us un “feeling” increíble de impredecibles que parecen casi perpetuos.
Para lidiar con sus adversarios, Joel dispondrá de varias armas y herramientas que son el corazón del magnífico sistema de combate. Si aun no se lo imaginaron, déjenme decirles que la munición es escasa, muy escasa. Esto obliga al jugador a tomar medidas más precarias, como el sigilo, cada vez que se pueda. Más te encontrarás evitando o matando enemigos por la espalda que repartiendo plomo sobre lo que queda de ellos. Y las veces en las que te toque enfundar un arma contra los hostiles, más que nada otros humanos, no dependerá tanto de que tan bien sepas disparar o no. Lo que asegura la victoria es lo bien que sepas usar el entorno y lo que ofrece a tu favor. Al encontrar las herramientas adecuadas, Joel es capaz de mejorar su armamento así como crear artilugios improvisados que hacen más fáciles las cosas. Es como lo que hablamos en la reseña de Tomb Raider: uno comienza de cero, usando todo lo que encuentre a su alrededor para beneficio. La diferencia está en que debes elegir con cuidado, ya que los artilugios se crean con ítems que a su vez crean otros, lo que hace sentir al jugador fuerte y vulnerable a la vez. Lo bien que elijas que hacer y que no es la línea fina entre el ver a Joel morir o que viva otro día. Pero lo mejor de todo es que el juego nunca pausa a la hora que quieras crear un artilugio: si quieres fabricar una granada, lo haces en tiempo real. Si necesitas improvisar un botiquín, será mejor que no haya enemigos cerca. La sensación de urgencia que transmite el juego una vez que sentís que “la cagaste” solo se puede evitar una vez que te asegures que todo está despejado, lo cual no pasa muy a menudo.
The Last of Us también viene con un modo multijugador. Como bien saben, no soy fanático del multijugador, soy más old school: de juntarme con mis amigos a jugar. Pero hay que admitir cuando uno hace un buen trabajo, y el multijugador de The Last of Us es excelente, un buen agregado a la Campaña. Los modos son Supply Raid, Survivor, y con la actualización 1.03, Interrogation. Todos los modos son bien atípicos y encajan perfectamente en el universo de The Last of Us. Pero lo mejor de todo, es la forma en como el metajuego que trasciende en todo lo que hagas. En cada modo de juego, siempre encontrarás ítems que te servirán para ayudar a un grupo de sobrevivientes del cual eres el líder. Y mientras más partidas online ganes, mientras juegues mejor, y más ítems encuentres, tu grupo crecerá y podrás brindarles mejores condiciones de vida. Y la cosa no termina ahí, ya que tu banda siempre tendrá que soportar algún que otro por menor, como que algunos miembros se enfermen y entre otras situaciones. El multijugador en sí no debería ser tomado como un aparte, es más bien un excelente agregado a la Campaña, que debo admitir es bastante divertido. Sus excasos modos de juego y el número de jugadores por partida, hacen que de alguna forma esa gruesa barrera que separa la Campaña del Multijugador en varios títulos, desaparezca, interconectando los dos modos de una forma, aunque anexa, increíble.
Concluyendo, The Last of Us es sin duda una obra maestra, un “Masterpiece”. Es un juego atrapante que cuenta con un trama fascinante, y hace que te conectes con sus personajes. El viaje de Joel y Ellie, que lleva como mucho 18 horas, es sin duda una de las aventuras más memorables, emotivas, y brutales que haya jugado hasta ahora. Es un juego que le recomendaría sin duda a cualquier persona que tenga un PlayStation 3; The Last of Us es “un genio que con suerte aparece una sola vez por generación”. Y por eso los chicos de Naughty Dog se merecen una ovación de pie con todo derecho: han dejado está gen con uno de sus mejores, si no su mejor juego hasta la fecha. Ya solo me queda la certeza que si fueron capaces de brindarnos este juego de semejante magnitud para la PlayStation 3, sin duda no nos decepcionarán con la llegada de la PlayStation 4 ya a la vuelta de la esquina. Nota: 10 de 10
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