Somos FuerzaBruta
Érase un fin de semana poco interesante al atardecer. Mi madre hacía zapping en la TV y yo, que andaba de paso por la habitación, vi de reojo algo que me llamó la atención en uno de los canales y le pedí que volviera. Era un muchacho vestido de blanco corriendo sobre una plataforma en medio de un montón de personas, con luces por todas partes y una música de lo más llamativa. Nos colgamos mirando esa escena tan extraña, que siguió con otro tipo de actos donde se mezclaban la acrobacia, el teatro, la danza, la música, la integración del público como parte de la obra, el dinamismo y sobre todo, una apabullante y contagiosa energía. Yo que estaba en mi casa silenciosa podía sentir el fuego de ese lugar, de esas personas y esos artistas. Ya más que muerta de curiosidad, el espectáculo terminó y entre los créditos por fin pude enterarme cómo se llamaba el grupo que proponía algo tan interesante: FuerzaBruta. Un nombre que en sí mismo dice mucho sobre su propuesta artística. Desde ese episodio me prometí a mi misma que a esos locos los tenía que ver en vivo al menos una vez en mi vida. Y ahora, poco más de un año después, por fin puedo decir que cumplí esa promesa.
FuerzaBruta es una compañía de teatro creada en el 2003 como proyecto independiente de la compañía de teatro De La Guarda. Originada en Argentina, se caracterizan por su estilo experimental, los actos de gran despliegue logístico y estético y la maravillosa energía que imprimen y contagian en cada espectáculo. A estas alturas, ya se han presentado en numerosas ciudades alrededor del mundo y posee un elenco permanente en Nueva York y en Argentina, aparte de dos elencos en gira. Fueron Diqui James (uno de los fundadores de De La Guarda) y Gaby Kerpel (extraordinario compositor de la misma compañía) quienes se unieron para continuar buscando la innovación creativa y artística, del teatro de reacción visceral y de nuevas formas de acercarse al público y hacerles partes integral del espectáculo. A ellos se suman Alejandro García (Director Técnico, ingeniosa mente responsable de que todo el despliegue logístico sea posible) y Fabio D’Aquila (coordinación general), ambos ex integrantes de De La Guarda.
Para hablar de su concepto principal, cito de pies a cabeza lo que está publicado en el sitio web de la compañía:
“El teatro es creación en el espacio. El lenguaje en su aspecto puramente material. Directo. Cuerpo a cuerpo. Formando un sueño en común con los espectadores. Real. Tangible. Queremos quebrar el sometimiento intelectual del lenguaje. Usar todos los medios que se dispone para operar eficazmente sobre la sensibilidad del espectador. Traerlos a otros territorios donde existen otras leyes más poderosas.
Un espacio donde la presión de los sentidos afecte la mente. Donde la velocidad de los estímulos que reciba el espectador supera la reacción intelectual. Que la emoción llegue antes, siempre antes. Que pegue en el cuerpo, debajo de la ropa. Atrás de los ojos. Adentro.
Un espacio donde el espectador se entregue, sabiendo que forma parte de un hecho artístico, que esta adentro de una realidad paralela, etérea, bella, delirante y absolutamente más verdadera que la cotidiana.
Donde el espectador sabe que esta siendo conducido a estrellarse contra su propia sensibilidad. Una sensibilidad colectiva, universal… sin traducción. Sin anestesia. Brutalmente feliz.
El conjunto de actores, escenografía y público es lo que genera la acción teatral. Cada uno tiene su rol. Junto con la música y los efectos. Que el público forme parte de la acción hace que su comportamiento modifique la obra. También hace que la obra sea más verdadera, que se note más cuando hay mentira. Que la obra tenga menos desgaste con la repetición, ya que el público se renueva.
La reacción espontánea del público condiciona a los demás elementos a ser más contundentes. A ser reales. Podemos elegir cómo los actores responden a los estímulos, pero no podemos hacer lo mismo con el público, que siempre responderá de manera verdadera, no planificada. Si lo que hacemos no los conmueve, la obra naufraga durante la función. El espectador forma parte. Herido. Festejando”.
Más de uno quizá crea que exagero. Pero no, soy testigo de primera mano de que cada una de esas palabras reflejan lo que uno siente al involucrarse en uno de sus shows, dejás de ser uno mismo para pasar a formar parte de todo, de una reacción en cadena que te libera de los pensamientos, donde la mente puede descansar para que las emociones sean sorprendidas, donde gritar de alegría se permite y se celebra, donde saltar es contagioso y bailar es una consecuencia natural y espontánea de tanta energía que despierta y vibra.
“Fuerzabruta es hoy. No es el teatro del futuro, ni la obra que se repite una y otra vez desde el pasado. Fuerzabruta es ahora. No inventa nada.
Es un fenómeno natural inevitable, el resultado de millones de años. Tiene origen en el fondo del océano, en el fondo de los vasos, en el caminar por la vereda. Fuerzabruta no sirve para nada. Es”.
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