Sleeping Dogs: A ambos lados de la ley
Sleeping Dogs, Sleeping Dogs. Un juego de aquellos que dio de que hablar casi a finales del año pasado, si no estoy equivocado hacia Agosto, durante y después de su lanzamiento. Un juego que a mi gusto fue capaz de romper la monotonía que ofrece la bien conocida saga GTA en el género de los Sandbox, así como estar a la altura de otros títulos del género, por ejemplo Saint’s Row The Third. Sin más que perder, hablemos sobre el juego de la semana.
Todo comienza en el 2011, cuando la compañía de Activision cancela un juego en desarrollo llamado True Crime: Hong Kong, un “reboot” de su conocida saga True Crime. No entraré en muchos detalles, pero haciendo la historia corta su cancelación se debió a que demandaba mucho presupuesto, sin mencionar las muchas veces que tuvo que ser retrasada la fecha de lanzamiento. Fue así como el juego quedó en el limbo, hasta que apareció en escena Square-Enix; si, el mismo Square-Enix de la aclamada saga de RPG “Final Fantasy”. Tal vez y vieron algo especial en el título, pero sea como sea la compañía terminó comprando los derechos, renaciendo el juego bajo el nombre Sleeping Dogs. Todos vimos esto como una movida algo inusual por parte de la compañía japonesa, pero debo decir que aunque el juego no alcanzó el objetivo de ventas previsto, fue una de las mejores inversiones que pudo haber hecho la compañía.
En el núcleo de Sleeping Dogs tenemos a Wei Shen, un detective encubierto llegado del Departamento de Policía de San Francisco, que regresa a su natal Hong Kong para ayudar a las autoridades de dicha región. Su misión consiste en infiltrarse en los Sun On Yee, una facción de las Triadas que la policía de Hong Kong quiere erradicar y destruir. La historia entera básicamente se centra en Wei, su misión, y las múltiples veces que debe cruzar la línea entre la justicia y el crimen. A diferencia de muchos Sandbox, Sleeping Dogs se compone por una serie de historias, así como su consecuente serie de repercusiones. Y así como también uno se encuentra con situaciones de mucho humor, Sleeping Dogs presenta a los jugadores una historia atrapante, llena de violencia, muertes, y la aparente amenaza sin fin de las Triadas en las que Wei se infiltra; en este aspecto, Sleeping Dogs está a años luz de sus contemporáneos.
Así mismo, el ambiente de Hong Kong es también un cambio radical para aquellos que nos pasamos horas en el Liberty City de GTA o en el Steelport de Saint’s Row. La ciudad es viva y vibrante, y se nota como sus bases están inspiradas ligeramente en el verdadero Hong Kong: vendedores callejeros al costado de las calles, los autos que van y vienen por la autopista, y la inteligencia artificial encargada de generar a los múltiples peatones y demás hace honra a su denominación “inteligente”, añadiendo una capa de realismo a la experiencia de los jugadores. Estéticamente hablando Sleeping Dogs se ve bien, aunque tiene algunos que otros problemas como ser la carga de texturas de vez en cuando, o el realismo en cuanto a distancias se refiere. Pero esas cosas pasan en cuanto al apartado gráfico, es normal. Solo que a los más detallistas es difícil que se les escapan esas falencias.
Si hay algo que puede contrarrestar esos minúsculos por menores es la fidelidad del apartado de sonido. Los efectos del ambiente de Hong Kong y el trabajo de voces para Sleeping Dogs, implementando en los diálogos una mezcla de inglés y chino que es simplemente genial, combinan perfectamente con la inteligencia artificial del apartado gráfico del que ya hablamos, creando así algo más creíble y auténtico a lo que solemos ver un videojuego normalmente.
Ahora moviéndonos al apartado jugable, debo decir que si pudiera rescatar lo mejor de la jugabilidad que ofrece Sleeping Dogs sería el conducir por Hong Kong, ofreciendo una sensación de manejo muy sólida mientras uno va a toda velocidad por la autopista; todo un placer. Sin embargo, uno de los problemas más grandes que a mi parecer enfrenta el juego también tiene que ver con la conducción. Específicamente me refiero a la hora de manejar la cámara, que tiene esa tendencia de “apuntar” al frente del vehículo incluso cuando la estamos manipulando con el analógico. En algunas ocasiones, esto no es nada más que excepcionalmente problemático, y a veces es inevitable que te saque de quicio. El sistema de combate, tanto con armas o cuerpo a cuerpo funciona muy bien, aunque hay ocasiones en el que ambos pueden ser algo… inexactos. El juego se centra en los combates “mano-a-mano”, con un sistema de combos, contraataques, y desarmes (en caso de los enemigos que lleven consigo un arma blanca). Y aunque las oportunidades en las que te toque blandir un arma de fuego y tomar cobertura sean pocas, tampoco pasan desapercibidas, añadiendo sazón a la jugabilidad.
Por supuesto, hay mucho más que hacer en Hong Kong que conducir por ahí completando las misiones de la historia. Ya que Wei está de ambos lados, como policía encubierto y miembro en ascenso de los Sun On Yee, siempre habrá misiones secundarias donde tendrás que ayudar a los policías, así como ayudar a algunos ciudadanos de Hong Kong con algún que otro recado también. Sleeping Dogs expande aun más este concepto de forma estratégica, al darnos puntos de experiencia separados, ya sea encarnemos a Wei Shen como policía, ciudadano de Hong Kong, o un miembro de las Triadas. Cada subida de nivel por supuesto tiene su recompensa en su propio ámbito, ya sea en el sector Policía, Triada, o Prestigio (que tan bien conocido eres por los ciudadanos de Hong Kong) que hace a Wei más fuerte y letal.
Sin combinamos a todo lo escrito arriba con coleccionables entretenidos que encontrar, carreras clandestinas que completar, recados, trabajos, y favores de los peatones que encontremos por ahí, y mucho más, Sleeping Dogs es un juego que te mantendrá ocupado por mucho tiempo, y siendo tan divertido, vale cada segundo de juego. Sin mencionar que puedes competir con tus amigos via Online en las Tablas, volviendo a repetir las misiones para tratar de conseguir una puntuación y experiencia mayores, o para esos que siempre buscan terminar todo lo que un juego tenga para ofrecer, les aseguro que se divertirán consiguiendo las medallas de los desafíos “in-game”, así como los Trofeos o Logros, ya sea lo jueguen en PS3 o X360 respectivamente. Nota: 8 de 10
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