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Estuve leyendo el post del amigo de una amiga en donde este recordaba el cumpleaños de la Videoconsola Family Computer fabricada por Nintendo; la publicación, muy interesante y con muchas informaciones históricas y datos, me trajo muchísimos recuerdos así que decidí escribir para ordenar los recuerdos que tengo en la cabeza y así hasta de repente invocar aquellos que están guardados en alguna polvorienta neurona dormida por ahí (¿?)
Habré tenido como 9 años, era uno de los tantos cumpleaños que había en mi numerosa familia, y nada, pensé que iba a ir a jugar con mis primos como siempre lo hacía, estuve acertado a medias, porque fui a jugar, pero no como siempre. En la sala había un aparato que estaba captando la atención de todos, sí, era el televisor, pero dos de los chicos que estaban frente a la pantalla tenían unos extraños objetos en las manos, una especie de palanca y un botón que estaban unidos a una cosa negra que estaba en una silla frente a la TV: era un Atari.
Me dejaron jugar brevemente pero ese corto momento me marcó, era algo impensado a esa edad, pensar que se podrían controlar las acciones de los personajes que salían en esa amada pantalla.
Sería lindo continuar la historia diciendo que le pedí el videojuego a mi papá y me lo compró por mi cumpleaños. Pero lastimosamente mi padre era reacio a ese tipo de tecnología, no tenía la más mínima intención de comprarme un aparato que a su criterio era algo totalmente inútil y enviciante (no sé si existe esta palabra).
Así que tuve que conformarme con seguir jugando con mis Legos (que agradezco enormemente a mis padres y padrinos por comprármelos, ya que eran excesivamente caros) y jugar videojuegos cada vez que hubiera un cumpleaños o reunión familiar en las casas de mis primos, que sí tenían alguna u otra consola.
Más adelante, un primo que vivía al lado de mi casa, consiguió prestada una consola de Family y aunque no recuerdo si era la clonica o la original, el punto más importante es que fue la primera vez que jugué Mario Bros y ese mundo fascinante de tubos y ladrillos me cautivó.
También conocí un Mario Bros diferente, uno en donde podías elegir a la princesa, por lo cual era una interrogante cual era el objetivo del juego, si bien ese punto no era de gran importancia, ya que la diversión estaba ahi. “Mario USA” estaba impreso sobre aquel llamativo cartucho color rosa.
Luego supe que se trataba del Mario Bros 2.
También había un infaltable cartucho con muchos juegos entre los que estaban los muy queridos Galaxian y Galaga, éste último, me gustaba más porque una de las naves enemigas podían secuestrar tu nave y si luego la destruías, recuperabas tu nave y te quedabas con las dos. Además otros juegos como Ice Climber, Bomberman, Soccer, y el imposible, inacabable, impresionante, inexpugnable e increíble Contra.
Durante el tiempo en el que tuvo la consola, las visitas a la casa de este primo se incrementaron hasta que finalmente el dueño reclamó lo que le pertenecía y todo volvió a la normalidad.
Corría el mes de diciembre ya cerca de la navidad cuando a otro de mis primos le regalan un super nintendo. No tenía ningún cartucho, así que los alquilábamos, recuerdo haber usado todo mi dinero para el fin de semana para alquilar Mortal Kombat II, era sangriento, era violento, era todo lo que un niño de 11 años podría querer (¿?)
El alquiler era por 24 horas así que teníamos que aprovechar. Ah olvidé mencionar que solo teníamos un control, así que teníamos que jugar por turno. La computadora era demasiado buena, pero aun así llegamos a Kintaro, en donde nuestro ego era aplastado una y otra vez sin darnos oportunidad de caer dignamente.
Tiempo más tarde, aparecieron dos cartuchos de Mario Bros, uno era una colección de varios Marios y el otro era uno nuevo en donde podías montar un dinosaurio verde que comía casi todo lo que había en su camino. Mario World tenía miles de secretos que generalmente descubríamos sin querer y otros nos lo contaba alguien que ya lo sabía. Esas vacaciones de verano las pasé en la casa del primo tratando de ganar Mario World.
Todavía está en mi memoria cuando me prestaron un SNes con Mario World, pero el cartucho no permitía grabar las partidas, la conecté a una vieja TV blanco y negro que estaba tirada por mi casa y que yo reclamé para llevarla a mi cuarto, y jugué Mario World y decidí jugar y ganar sin tomar ningún atajo, pasar todos los castillos y visitar todos los mundos que esos maravillosos programadores japoneses habían creado para mí, para que yo, los disfrutara aún en blanco y negro. Todo terminó allá por las 5:30 AM. Una satisfacción corría por mi ser y me llenaba de orgullo, un sentimiento hermoso y que duró exactamente hasta las 6:22AM cuando mi madre ingresó a mi cuarto a despertarme violentamente para ir al colegio (la entrada era a las 7:00 y tenía una hora de viaje hasta el colegio) al pasar frente a la TV, notó que todavía estaba caliente y a mi logro de terminar Mario World, agregué una de los discursos (carajeadas) más grandes de mi vida.
-Mom’s epic yell badge unlocked-
Se instaló uno de esos negocios de alquileres de videojuegos a cuadras de mi casa. Eso hizo que aumentaran mis gastos y mis salidas a “andar en bici” se incrementaron llamativamente, aunque esto no repercutió en mi físico por más que obvias razones :(
Cartuchos iban y venían, Super Star Soccer, MK3, MK3 Ultimate, Bomberman, lunarball, Batman, Aladin, Power Rangers, Ninja Turtles, cualquier juego era bueno, había que jugarlos todos.
Algunos de ustedes queridos lectores dirán: “ay, ¿cómo te ibas por esos lugares?”, “que asco”, etc. En esos casos, debo aclarar que señoras y señores, soy un muchacho de colegio público U_U (sí, que increíble que a pesar de eso casi no tengo faltas ortog… BUENO NOS ESTAMOS DESVIANDO DEL TEMA)
Más adelante aparecieron tres consolas por las cuales hubiera hecho cualquier cosa (por suerte no hubo nadie que se ofreciera… or not (¿?))
Anyway, las consolas de las que hablo son la N64, PlayStation y Sega Saturn. Ésta última, era muy rara pero las veces que la vi, me pareció súper sexy.
La N64 tenía la particularidad de tener 4 puertos para conectar controles directamente a la consola, jugar Mario Kart y Goldeneye 007 era una experiencia increíble. El negrito de Nintendo era de 64 bits; ya lejos quedaba aquel famicom de 8 con sus gráficos pixelados y su sonido monofónico (ahora que pienso no recuerdo si tenía más de un canal de sonido, pero creo que no).
La PlayStation venía con 32 bits, pero extrañamente tenía una imagen excelente, mejor que la de Nintendo, la versión de MK Trilogy era mucho mejor que la versión del mismo juego para N64. Además el sonido era más extenso y de mejor calidad. Los juegos empezaban a venir con introducciones cinemáticas con animaciones computarizadas en 3D y con bandas sonoras impresionantes. Lo malo de este salto de cartucho a disco fue que éste necesitaba un tiempo de carga que dependiendo del estado de tu disco y temperatura de tu consola, podría traducirse en largas esperas y tediosas sospechas de que: “esto no va a funcionar”
Soplar el disco, mucho no ayudaba…
En cualquier caso, la calidad de los juegos había dado un salto, juegos de fútbol y autos de carrera que parecían reales, paisajes con detalles y sonido de alta calidad. Peleas veloces y reacciones inmediatas a los comandos, era genial. Y un invento magistral: la memory card.
No me hubiera imaginado ni remotamente todo esto cuando agarré aquel control de Atari.
La PC otra opción
En mi casa hubo computadora desde que estaba en los primeros años de secundaria. Hubiera sido una opción pero aquella vieja máquina no tenía ni tarjeta de sonido, había algunos juegos que corrían pero generalmente eran cortos y aburridos, así que no era muy interesante jugar en mi PC
Luego empecé a trabajar (trabajé desde re pibe) y me compre un kit para cd-rom y tarjeta de sonido (me salió una fortuna y gasté todo mi aguinaldo en eso) pero era navidad y yo tenía sonido en mi PC y finalmente podía jugar un juego que solo funcionaba en la PC de mi hermano, era un juego 3D que para aquella época era muy bueno. Se llamaba Cyberia, era una especie de puzzle mezclado con destreza para disparar y cosas así. Recordándolo me gustaría volver a jugarlo.
Recompensa
Finalmente pude comprar una consola propia y fue un PS1, la inversión requirió sacrificio pero valió la pena. El catálogo de juegos que ofrecían las empresas que trabajaban con Sony era vasto, había juegos para todos los gustos y faltaba tiempo para jugarlos todos. Entre los que guardo en mi corazón de aquella primera generación de Sony, están los juegos de Crash Bandicoot, MK Trilogy, Need For Speed, Colin Mc. Rae, Tekken
Lo que siguió el PS2 y Ps3, Counter Strike, Wow y cosas así, fueron experiencias muy buenas, pero no marcaron mi existencia como lo hicieron las consolas de generaciones anteriores.
Bueno, solo quería compartir esos recuerdos, para aquellas personas con las que por ahí coincidimos en algunas o muchas de las cosas de las que escribí aquí, sabrán entender todos los sentimientos que hay en este mundo para los que hemos sabido apreciar y aprovechar lo que nuestra generación nos regaló.
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