Book Review: Mil Veces Hasta Siempre
“…no one ever says good-bye unless they want to see you again.”
― John Green, Turtles All the Way Down
Según leí, John Green se toma todo el tiempo que crea necesario para lanzar una novela. Algunas historias le tomaron unos diez años, otras seis, pero si el resultado es tan bueno como el que pude apreciar en Mil Veces Hasta Siempre (Turtles All the Way Down), por mí puede tomarse muchos años más para escribir su próximo libro.
En Mil Veces Hasta Siempre, este escritor deja algo personal entre líneas al permitirnos entender y conocer mucho más sobre algo que lo aqueja y que forma parte de su vida desde hace años: el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
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Aza Holmes y su mejor amiga Daisy Ramirez van tras la pista del multimillonario fugitivo Russell Pickett porque esperan dar con él para poder recibir una súper recompensa de 100 mil dólares. Para resolver este caso, Aza va a tener que volver a hablar con el que fuera el amor de su infancia y quien también resulta ser nada menos que el hijo del fugitivo: Davis Pickett.
Amor, amistad, fanfictions, pensamientos intrusivos y tortugas que sujetan el mundo que conocemos son parte de esta historia que, más que llevarnos a descubrir un misterio, nos lleva a conocer a profundidad la vida de una persona con trastorno obsesivo compulsivo.
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Este libro es uno súper cortito que elegí escuchar y no leer. Fue mi primer audiolibro del año y me tomó solo 6 horas y piquito escucharlo por completo.
Aunque no resultó ser un libro de misterios, arduas investigaciones y mensajes secretos que descifrar, me llevó a entender el porqué de su nombre “Turtles All the Way Down” y el efecto del trastorno obsesivo compulsivo en la vida de una persona, además de mostrarme todo lo “normal” que una persona así puede vivir.
Haciendo un paréntesis, me recordó muchísimo a una película llamada ADAM, en la que su personaje principal sufre de síndrome de Asperger. Si todavía no vieron este filme se los recomiendo.
El libro puede resultar estresante en cierto punto porque estamos en la cabeza de una persona que está pasando por muchas cosas que no puede describir. Pero Green se encarga de balancear estos momentos con otros personajes como la mejor amiga de Aza, su psiquiatra e incluso su mamá y Davis. Esto resulta, como en la vida misma, en un efecto positivo en ella, pero a su vez ciertas situaciones hacen que Aza se replantee su capacidad para vivir/sobrevivir en una sociedad en la que no parece encajar.
Mil Veces Hasta Siempre puede ser un libro muy duro porque es muy real. Es muy emotivo, tiene muchísimas frases hermosas para reflexionar y un personaje muy simpático capaz de sacarte a flote entre tanta dureza, el de Daisy Ramirez.
Esta chica fanática de Star Wars es una chispa de energía, alegría, viveza y astucia. El 99% de las cosas que me hicieron reír tienen su firma. En un momento, por ejemplo, le dice a Aza que ella iría a la carcel y la dejaría fuera de todo eso, y ella en su honor debería tatuarse su cara en el brazo. En otra ocasión le cuenta una de sus averiguaciones sobre el multimillonario fugitivo: que este, en caso de morir, le dejaba toda su fortuna a una tuátara y no a sus hijos y ella le dice: “Dejar tu fortuna a un lagarto es la mejor manera de decir a tus hijos JÓDANSE”. Entre otras cosas, su personaje es la chispa que hace que este libro no te haga caer en una profunda depresión después de leerlo.
La psiquiatra también se siente como una guía positiva, alegre e inteligente que solo busca lo mejor para su paciente. Pero aparece muy poco, casi nada en esta historia.
La mamá, Holmesy y Davis por otra parte, son personajes que pasaron por momentos muy dolorosos a lo largo de su vida y por eso su participación en este libro está cargada de reflexión y emotividad.
Aunque la historia es contada en su mayoría desde una perspectiva adolescente, estos jóvenes la hacen ver mucho más madura porque sus cargas en esta vida son mucho más pesadas y dolorosas que las de la mayoría.
Dejo que ustedes descubran el misterio de las tortugas y el nombre de este libro. No se van a arrepentir.
Suena bien