Junji Ito, del horror a los michis
Explorar un horror existencial que nace de un concepto geométrico y retuerce el mundo de forma grotesca, contar la historia de un planeta infernal devorador de otros planetas que se acerca a la tierra, o el surgimiento de demenciales monstruos, o una anomalía geológica que conduce a la gente a la locura y a un final horrible.
Estas son las cosas que uno encuentra en la macabra bibliografía de Junji Ito, uno de los más extraordinarios artistas de manga de terror… cuando no está ocupado cuidando de sus gatos y registrando sus aventuras con ellos en dibujo.
Sí, por si no lo sabías, el mangaka maestro del horror también tiene una serie en la que simplemente retrata las curiosidades del día a día de él y su esposa con los dos gatos que ambos tienen en su casa.
Titulado simplemente “Cat Diary”, el manga comienza cuando “J-kun” (Ito) recibe de su esposa “A-ko” la noticia de que van a adoptar dos gatos, Yon y Mu. Yon en particular le produce a J-kun gran preocupación, al menos al principio, ya que este cree que el felino blanco y negro está “maldito” al tener en la espalda manchas que asemejan una calavera.
En vez de ser una historia continua, el “Cat Diary” de Ito se limita a mostrar situaciones sin mucha relación inspiradas por la vida de Ito y su esposa con sus gatos. Ito usa su estilo usual, ligeramente perturbador – expresiones aterradoras, caras retorcidas en locura – , para mostrar escenas tan mundanas como a J-kun celoso porque los gatos prefieren dormir junto a su esposa, o lidiando con las consecuencias de un gato resfriado, o la justicia kármica que sobreviene cuando alguien en la pareja compra popó falso de gato para hacerle una broma a la otra persona.
Lo que más se acerca a una historia dramática es cuando Yon escapa, y la pareja tiene que salir a buscarlo, pero hasta eso se resuelve rápido y de forma sencilla.
Tomarse un respiro del terror existencial de su trabajo habitual, Ito en “Cat Diary” solo quiere hacer reir con las reacciones exageradas de J-kun y A-ko, y la torpeza de él a la hora de entretener a sus felinos con juguetes o al darse cuenta de que Yon tiene más fuerza que él cuando se trata de robar un pescado de un plato.
Evidentemente Ito solo quería una excusa para mostrale al mundo sus felinos. Y no podemos culparlo, después de todo, ¿no nos sentimos así todo el tiempo todos los que tenemos gatitos?
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