Hay que ir a ver Guaraní
Hay películas que no te llaman hasta que te llaman. Así me pasó con Guaraní.
No estaba en mis planes ir a ver esta peli del argentino Luis Zorraquín, mi primer jueves de septiembre la verdad pintaba diferente; tranquilo, en casa con el novio, mini pizzas y play. Hasta que llamó mi buen amigo Biancotti para invitarnos al cine y a menos de diez minutos de la última función. Como soy de aceptar desafíos (¿?) no me negué y llegamos justito.
Como no quiero spoilear a nadie, voy a ser bien sencilla con esta reseña. En pocas palabras “Guaraní” me encantó, es hermosa y se ganó un lugarcito en mi corazón con sus personajes: el abuelo Atilio y su nieta Iara. Ya siendo un poco más extensa, ¡hay que ver cómo se pueden hacer películas enormes cuando se juega por los sentimientos y la realidad!
El filme me llegó a lo más profundo de mi pequeño ser porque me recordó que ser paraguaya es vivir una odisea constante y crecer todos los días junto a los que más queremos. Sufrir y amar junto a ellos.
También me hizo pensar que cuando la vida no es fácil y la rutina ya pesa, no hay cómo buscar la felicidad de uno en la sonrisa de los que amamos.
Puntuaciones
Resumen
Guaraní es muy hermosa visualmente y una maravilla, una joyita como diría un profesor que aprecio mucho. Es de esas películas que hay que disfrutar y guardar en el corazón con una sonrisa y un par de lágrimas. Súper recomendada.
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