Gotta love ’em all!
Los videojuegos japoneses tienen una magia realmente atrapante. De chicos nos hechizan con sus gráficos, efectos de sonido, jugabilidad y música y de grande recién te das cuenta del mensaje que te quería dejar, aún cuando al final del juego el mismo te lo diga. El mejor ejemplo de eso es el tan amado Pokémon. Ahora, ¿por qué esos monstruos de bolsillo? La analogía es bastante linda:
Cuando empezás sos un nene que tiene un sueño: llegar a ser un Maestro Pokémon, el mejor de todos. Es más, lo tenés tan metido en la cabeza que directamente te lanzas a la aventura solo cuando de repente ¡hey! te aparece la experiencia disfrazada de Profesor Oak y te dice one does not simply walk into Kanto (?) No te lo dice Boromir-style pero básicamente no podés andar macaneando así nomás mi hijo. Así que te lleva a su laboratorio junto con el tren a pedal, tereré de yoghurt y bocina de avión abrazable personaje de su nieto Gary y te cuenta que él también tenía un sueño, el cual era recorrer el mundo y hacer una Pokénciclopedia de todos los seres existentes. Lastimosamente se hizo viejo, pero vio en los retoños la posibilidad de hacer realidad ese sueño. Por tanto, les da un Pokédex para hacer dicho registro y con él nos hace tomar una de las decisiones más importantes por las que hemos pasado muchos de nosotros: nos dice que elijamos un Pokémon para empezar nuestra travesía.

Indeed.
El resto de la historia, para quien lo jugó y hasta para quien vió el animé hasta cierto punto, ya es conocida. Como decía antes, el mensaje cuando sos grande te parece tan reconfortante y te llena de felicidad. Cuando se trata de elegir a alguien, lo ‘elegís’ a primera vista porque te parece que es para vos, aunque no lo conozcas bien. Es más, a veces cuando ya lo elegiste y el otro eligió justamente lo contrario te agarra cierto arrepentimiento. Pero a medida que transcurre la aventura y pasan las cosas te das cuenta de sus aspectos positivos y negativos y con el tiempo aprendes a quererlo, a sentirlo como tuyo, a cuidarlo, a respetarlo y hasta a mimarlo con rare candies y demás regalitos. Te alegras porque consiguen juntos victorias, te enojas porque no pueden superar los obstáculos y te esforzas para que siempre sea alguien mejor. Lo mandas a la mierda cuando las cosas no salen bien y hasta a veces lo cambias de pichado que estás pero siempre se te pasa y ahí están, de nuevo juntos haciendo lo que mejor saben hacer: trabajar en equipo. El juego sigue y sigue y se viven un montón de cosas, pero la fórmula siempre es la misma. Y cuando llegas al final, cuando por fin acabas con el último HP del Pokémon de tu rival para que te declaren campeón de la Liga Pokémon, aparece Oak abuelo y te dice como lo hiciste sin que te des cuenta: el vínculo que compartís con tus Pokémons es maravilloso y que Gary se olvidó de darles amor y confianza.
Si bien no podemos “entrenar” a las personas como a un Pokémon si podemos elegirlas. Al comienzo quizás las elegimos por la primera impresión que tenemos acerca de ellas pero después vamos conociéndolos más y más y nos damos cuenta que las características, sean buenas o malas, pasan a segundo plano, puesto que lo más importante es el vínculo que se comparte. Los momentos vividos, las caídas de las que nos reponemos, las victorias que disfrutamos, los esfuerzos en conjunto, los lugares visitados, las anécdotas que se construyen día a día, los enojos, la preocupación, el cuidado y muchas cosas más. Pasa de todo mientras uno va por la vida y no nos damos cuenta. Cuando al final se llega a la meta, sea cual sea la que tengan, recién ahí sabemos que lo más feliz no es haberla cumplido sino el haber tenido a alguien con quien compartir el camino. Alguien que a pesar de muchas cosas nunca nos dejó de lado y siempre dio lo mejor, como estoy seguro que todos hacemos. Alguien con quien crecer, con quien luchar hombro a hombro, con quien podamos caminar cientos de kilómetros y no cansarnos. Alguien con quien compartir cosas malas y buenas, porque al final eso es la vida, una mezcla de ambos. Alguien con quien podamos tener un vínculo hermoso y único.
Pueden recordar a sus mejores amigos si quieren, pero por tratarse de este día y si es que lo tienen, recuerden a la persona que tienen a su lado, que seguramente los ama y sigue con ustedes. Y lo seguirá haciendo. Díganle siempre lo mucho que valoran el esfuerzo en conjunto y nunca dejen de luchar juntos. Disfruten por más que las cosas estén negras y lo más importante, nunca se rindan. Si no lo tienen ya aparecerá en la hierba alta (?) o en cualquier parte.
Entonces, para todos aquellos que empezaron en Pueblo Paleta y no abandonaron ni en la Meseta Añil, sépanlo: este día es para ustedes. ¡Feliz Día de San Valentín! :) ♥
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