Girando el mundo con palabras

Luego de ver estas imágenes no resulta complicado entender por qué me gustan tanto, ¿verdad? Y no es solo su amor por los felinos. Cada uno de ellos me fascina porque supieron cómo ganarse mis ojos y un lugar privilegiado entre mis favoritos en la biblioteca.

Stephen King, amo y señor de un fantástico sentido del humor, es capaz de hacerte reír en plena hecatombe zombie. Sabe cómo hacerte tener miedo y que sientas en carne propia los horrores que sufren sus personajes. Todo eso sin dejar de lado el humor en sus relatos. Si tuviera que vivir un fin del mundo, elegiría vivirlo con él o con alguno de sus personajes de ser eso posible.

No se puede negar que si de buen humor hablamos Haruki Murakami no se queda atrás ni por tantito. En sus libros se sienten el sarcasmo y ese humor creativo; leyéndolo siempre se topa una con algún personaje fuera de serie. Tampoco se pueden obviar ciertas coincidencias entre sus libros: la buena música, personajes interesantes, personajes no tan interesantes, el encuentro de estos dos tipos de personajes y un nuevo rumbo para ambos. Como tampoco faltan las señoritas vistiendo de azul, los pisos altos, los sueños, los gatos, el buen comer y beber, y todas estas coincidencias en sus libros muestran de manera clara algunos de sus gustos al escribir. Este japonés sabe compartir lo bueno y lo que le hace bien con sus lectores, además de dar un paseo de los buenos a quien esté dispuesto a ir más allá de la realidad con sus historias.

Truman Capote, por su parte, es deslumbrante. Leer su libro “A sangre fría” me dejó maravillada. Mis cutículas no se salvaron de los efectos que esta obra y sus primeras páginas me causaron. Me resultó imposible pausar la lectura cuando empecé y una vez que hube terminado de leer, sentí que me removieron todo cuanto tenia adentro y más allá, tenia el alma de cabeza! Sentí admiración, tristeza, alegría. Esta historia, como dijo el profesor que me lo recomendó, es una joyita. Truman Capote dejó en los haberes de la historia un nuevo periodismo, el novelesco. Y nos dejó a todos los que estamos dispuestos a leer un libro, una historia, basada en vida real, capaz de estremecer a quien la lea y digna de admirar hasta la última palabra.

Estos tres genios literarios mueven mi mundo una y otra vez cuando los leo, cuando me encuentro con ellos. Y son parte de mí, porque no sé qué sería de mi vida sin ellos.