Game of Thrones – “The Queen’s Justice”
El de este domingo fue uno de esos capítulos en los que muchas cosas pasaron y se sintió mucho más largo que una hora. Aquellos fans de la Khaleesi que pensaron que el final de “Stormborn” era un mal presagio… bueno, estaban en lo cierto.
DE LLEGADAS PERO NO DE RODILLAS
El capítulo comenzó con Jon Snow y Ser Davos Seaworth llegando a Dragonstone e inmediatamente preguntándose si hicieron algo muy estúpido al acceder a entregar sus armas y la canoa en la que llegaron a los guardias Dothraki que los recibieron.
En la caminata hacia el palacio de Danaerys, Jon pudo ponerse al día con Tyrion, con quien recordó anécdotas de la primera temporada – más que nada el hecho de que Tyrion orinó desde la cima del Muro, algo de lo que sigue EXTREMADAMENTE ORGULLOSO tantos años después – y nuestro Rey en el Norte pudo ver por primera vez un dragón vivo, que casi le decapitó al pasar volando. Por lo menos el factor intimidación siempre va a estar a favor de la Khaleesi con sus tres bebés.
Lo que siguió fue la esperadísima reunión entre Danaerys y Jon, y aquellos que esperaban la formación de una nueva y gloriosa alianza tuvieron que conformarse con una tensa charla en la que Danaerys insistía en que Jon se arrodille y le jure lealtad, y nuestro bastardo favorito le hablaba de zombis de hielo y de que ambos necesitaban la ayuda del otro. Cero en diplomacia para los dos, y la reunión acabó en nada cuando Varys interrumpió para contarle a su reina la mala noticia de que la flota de Yara Greyjoy, que se suponía iba a asediar Desembarco del Rey, fue aniquilada por Euron.
LA VENGANZA DE LA REINA
Y hablando de Euron, el nuevo jefe de la casa Greyjoy se la pasó bomba desfilando por las calles de Desembarco del Rey arrastrando detrás suyo a su sobrina Yara, a Obara Sand y su hija Tyene, el regalo prometido para Cersei. Los vecinos de la ciudad salieron a tirarles comida y basura a las prisioneras porque aparentemente esa gente no tiene nada mejor que hacer.
Definitivamente si alguien salió ganando en este capítulo fue Cersei. Ignorando olímpicamente a Yara, la reina fue a cobrar un poco de venganza poética contra Obara, envenendando a Tyene de la misma forma que la expareja del ex ser vivo Oberyn Martell había envenenado a Myrcella, la hija de Cersei, cuando esta volvía a casa desde Dorne. Después de celebrar haciendo cosas no aptas para menores con Jaime, Cersei recibió al enviado del Banco de Hierro de Braavos, y le aseguró siniestramente que dentro de una quincena la masiva deuda de la Corona con el banco iba a estar saldada.
De vuelta en Dragonstone, Tyrion le explica pacientemente a Jon que, aunque él le crea sus cuentos de Caminantes Blancos, uno no puede ir nomas por ahí hablando de zombis de hielo y esperar que gente que no le conoce le crea, y le pregunta para qué realmente vino, porque el genio de alguna forma se olvidó de pedir que le permitan sacar vidriagón de la montaña, la razón por la que vino en primer lugar. Tyrion le lleva la propuesta a Danaerys y esta accede ya que a fin de cuenta, ¿qué le importa a ella el vidriagón? Es dar algo que a ella no le importa a cambio de conseguir un nuevo aliado.
Y aliados aparentemente es algo que la Madre de Dragones va a necesitar desesperadamente…
ESTRATEGIAS
El asedio a Desembarco del Rey ya no va, pero los Inmaculados se acercan a Casterly Rock, la “capital” de los Lannister, y Tyrion nos relata cómo un asedio frontal acabaría en la lamentable muerte de Gusano Gris y todos sus soldados, pero que afortunadamente Tywin Lannister le encargó al propio Tyrion construir el sistema de cloacas de la ciudad. Los Inmaculados entran esperando encontrarse con las decenas de miles de soldados Lannister, pero se encuentran solo con una fuerza pequeña que destruyen rápidamente. La ciudad es conquistada, pero Gusano Gris pronto se da cuenta de que cayeron en una trampa, y la flota de Euron ya está acabando con sus barcos y ellos están atrapados en la ciudad.
Y NO SOLO ESO. Esas tropas Lannister que no estaban en la ciudad están marchando a Altojardín, el dominio de Olenna Tyrell, y la ciudad más rica de Poniente cae tan fácilmente que la serie ni siquiera se molesta en mostrarnos la batalla. Jaime se encarga personalmente de darle una muerte tranquila a Olenna, ofreciéndole un veneno indoloro, que la impacible jefa de la casa Tyrell toma antes de irse como los grandes tirandole un último bombazo a Jaime, contándole que ella fue la responsable de la muerte de Joffrey.
Pero a final de cuentas, Cersei conquistó la casa más adinerada del continente – ahí está el cumplimiento de la promesa de saldar deudas con el banco, aparentemente – atrapó a la principal fuerza de combate de Danaerys y le dejó prácticamente sin fuerza naval y sin aliados. Cersei 3, Danaerys 0. Capaz ahora sea mucho más amistosa con el Rey en el Norte.
LISTO PARA VER A DANNY
Un brightside de este capítulo entre tanto envenenamiento fue ver a Jorah CURADO. El amigo Sam logró su cometido y aunque Jorah quiso salvarle el trasero atribuyéndole la sanación al clima y los dioses de la salud (?) el maestre se enteró de lo que hizo y antes que chutarle de la isla, decidió darle un castigo de bibliotecario cuando MÍNIMO debían darle un Nobel.
Ahora alguien ya está listo para ir a ver a la novia dragona y arrodillarsele cuantas veces quiera ;))
REENCUENTRO
Hablando del Norte, Sansa está gobernando Invernalia y tirándole dardos verbales a Meñique like a boss cuando nada menos que Bran llega a la ciudad. Sansa le abraza conmovida por volver a ver a su hermano por primera vez en años, pero Bran es otra persona: de alguna forma no encuentra mejor forma que explicarle su nueva situación como Cuervo de Tres Ojos que hablarle de cómo él sabe “todo lo que les pasó a todos” y hablándole de aquél lindo recuerdo de cuando le obligaron a casarse con Ramsay y ser violada por él. Stay classy, Bran.
Y así cerramos otra semana. La cosa está caliente en el invierno de Poniente. El próximo capítulo se titula “Spoils of War”.
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