Extra life

Keiji Sozaki

Encarnaceno, mucho más que playa y carnaval. 29 años de trayectoria nipón guaraní. Contador Público Nacional, 20% de Fanta Naranja/Guaraná y un amor incontrolable hacia el arroz con furikake, el salmón crudo con salsa de soja, The Beatles y los abrazos sin motivo. Escribir para mí es un placer apasionado. Por ello suelo hacerlo acerca de sentimientos, sensaciones, vivencias y cosas que nos producen mucha felicidad.

También te podría gustar...

1 respuesta

  1. Sarah Ortiz dice:

    Este post me hizo recordar tantas cosas como por ejemplo que disfruté como nunca los primeros años de mi vida gracias a las consolas. Jugué hasta en esas que eran unas ñembo ALGO y se llamaban SATURN no sé qué jaja para mi no importaba porque era descubrir un nuevo mundo de juegos. Me pasaba horas y horas jugando o al menos todo lo que aguantaba el transformador. Quemé también en su momento y mi vida perdió color y también llegué a desarmar los casetitos del Super Nintendo por venganza a mi hermana. Si vos aprendiste a ser mejor persona con los videojuegos creo que yo aprendí como elevar mi ki de maldad (¿?) con esto. Dicen luego que el poder es malo en manos de personas malas (?????????????????????) jaja

    Otra cosa que recuerdo es como papá le sacaba provecho a nuestro trauma. Nos sentaba en la mesa y no nos dejaba jugar si no terminabamos de comer y lavábamos nuestros platos. Muy inteligente, papá. Muy inteligente.

    Ahora bien, entre hermanos competíamos a morir y el lado más pichado, destructivo y maricon de mi hermano menor salió a relucir en competencias onda Mortal Kombat y similares. Odiaba que lo acorrale para hacerle un mismo “poder” repetivamente hasta su muerte virtual y en ALGUNAS ocasiones me “cobraba” haciéndome lo mismo.

    Personalmente descubrí mis limites o mejor dicho, que no tenía ninguno si tenía una meta. Reafirmé mis ganas de ganar o ganar y fue así que pasé todos los niveles de juegos que pensé en serio que no iba a ganar de tan difíciles. Fue así que me di cuenta que tanto en los videojuegos de Super Nintendo como en la vida real, no hay cosa que no se pueda conseguir cuando te importa.

    Cuando hablaste de las revistas y de que rebuscarse por cheats era algo imposible en la época, me acuerdo que mamá nos traía revistas de tecnología con trucos para Donkey kong y demás. Gracias, mamá por tanto.

    También recordé con tus posts mis primeros juegos de pc, parecidos a Maniac Mansion, yo jugaba uno que se llamaba Nitemare 3D y era increíble. Después llegué a jugar esos que eran parecidos y venían en diskettes pero todos en beta. Había uno tipo viborita pero no recuerdo bien cómo era. Luego, claro, tuve la posibilidad de jugar Doom y Heretic y de llegar a la final en ambos. MAMA MIA, la buena vida. Que tiempos preciosos…

    Gracias, Keiji. Por tu post, por tu historia y por dejar que tantos recuerdos vuelvan a brotar. Te quiero y sos genial :)

Dejame un comentario :)

A %d blogueros les gusta esto: