Escalofríos: Reviviendo un primer encuentro con el terror
Cuando uno tiene pensado ir al cine y tiene cierta película en la mira, no tardan en aparecer las expectativas. Me pasó con “Escalofríos”, cuando me propusieron ir a verla yo todavía no había visto el trailer ni leído nada respecto a este nuevo filme. Lo que sí sabía, y porque me lo adelantaron, fue que iba a ver a Jack Black, y me pasa siempre que cuando me dicen que ciertos actores están en un filme los relaciono inmediatamente con cierto género de películas. Como que los tengo de alguna manera: “clasificados”.
A Black de buenas a primeras lo relaciono con una comedia, al igual que a Ferrell o Adam Sandler. Así como también solo pienso en acción si me dicen que actúan Jason Statham, Bruce Willis o Vin Diesel.
Fue por eso que cuando me dijeron que lo iba a ver a Jack Black en “Escalofríos”, pensé que más que ver una película de terror como esas que me hacen saltar al dos por tres con sus escenas screamer, iba a ver algo mucho más ligero y que de seguro venía con una buena dosis de comedia, y fue así, no me equivoqué.
En este filme de Rob Letterman no faltan los juegos de palabras, las salidas divertidas en los diálogos, un toque de ingenuidad para los más jóvenes de la sala, y algún sobresalto repentino en alguna escena, pero más allá de eso, los monstruos de “Escalofríos”, antes que asustar, divierten y sorprenden. Lo que no le queda nada mal a esta historia.
La animación que acompaña cada salida de estos monstruos de los mismísimos libros del gran R.L. Stine es sorprendente. Como lo fueron en su momento sus historias y sus personajes.
Otra cosa que es también genial de ver, es la personalidad del escritor, con la que muchos que escribimos nos podemos relacionar. R.L. Stine por ejemplo, no busca una computadora a la hora de escribir, tiene bien pensado un estilo a la hora de hacerlo y no importa si en cierto momento está huyendo de cientos de duendes que cobraron vida o de un gigantesco hombre de las nieves, él inconscientemente va a parar lo que sea que esté haciendo para recordar que equis nombre sería un excelente título para un nuevo libro.
En lo que respecta a los personajes de este filme, cada uno tiene lo suyo, empezando con la mamá de Zach, Gale y su tía, Lorraine. Ambas hacen su mejor intento para salir adelante tras la muerte del marido de Gale y padre de Zach, por lo que deciden mudarse y empezar las clases en un pueblo nuevo, tranquilo y apartado. Las dos interpretan perfecto sus papeles de “mamá cool” y “tía buena onda”.
Zach, Hannah y Champ por otra parte, son los jóvenes de la película, los que se aventuran sin pensarlo dos veces cuando se trata de salvar a todo el pueblo de un ataque de monstruos, y los que no tanto también en el caso de Champ. No faltan los miedosos pero fanáticos del terror en los libros.
Finalmente, las vueltas que da la historia no tiene grandes giros, y hasta podría decirse que las cosas salen como se pueden esperar que van a terminar. Pero eso no la hace menos disfrutable minuto a minuto.
Las historias de R.L. Stine fueron algo así como mis primeras experiencias con el mundo del terror cuando era niña, por lo que este nuevo paso de sus escritos a la pantalla grande es más que un llamado para que también lo sea para los más pequeños de esta generación.
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