El Renacido: El infierno blanco y bajo cero de Iñárritu
La nueva película de Alejandro González Iñárritu, “El Renacido”, lleva a la pantalla grande una historia de venganza, sufrimiento y supervivencia, expuesta a su máxima potencia.
De la mano de grandes actores como son DiCaprio y Hardy, uno sabe inmediatamente de qué lado ponerse cuando todo empieza a venirse cuesta abajo en esta película.
Leonardo interpreta a Hugh Glass, un caza pieles al igual que Tom Hardy, Fitzgerald en el filme, pero lo que ambos tienen en común no va más allá de eso. Fitzgerald tiene razones de sobra para querer verlo muerto a Glass, en tanto que todos los que forman parte de esta expedición saben que van sin rumbo si algo le pasa. Y como todos sabemos, a Hugh Glass no solo “algo” le pasa.
El infierno que empieza a vivir este personaje dentro de esta historia de Iñárritu, basada en parte en hechos reales que inspiraron un libro, traslada todo el dolor y sufrimiento de Hugh a los espectadores.
Fue imposible no escuchar en la sala de cine los sonidos que hacían las personas cuando veíamos a Leonardo siendo cortado en pedazos como si nada por una osa que protegía a su osezno, o cuando veíamos sus heridas o cuando todo lo que podía pasarle le pasaba.
La tensión es tanta en este filme, y la historia desgarradoramente dolorosa al alma, que odiar a Fitzgerald es demasiado fácil, pero lo es también porque el gran actor en esta película no es solo el nominado al Óscar, sino Tom Hardy.
Odiado anteriormente en muchas otras películas, en esta, una vez más, no se discute ni un poco que su participación es excelente.
“El Renacido” es una gran película también gracias a la destreza, los ojos y las perspectivas del “Chivo”, Emmanuel Lubezki. No por nada nominado a un Óscar en 8 ocasiones, y no por mucho menos ganador del galardón por un trabajo anterior con Iñárritu en Birdman y por habernos llevado a muchos al espacio con la gran Gravity.
Si es que ya en Gravity podíamos apreciar la inmensidad del espacio y sentirnos infinitamente pequeños y a la vez escalofriantemente perdidos junto a Sandra Bullock, esta vez la soledad y ese sentimiento de abandono vuelven a hacer presencia en medio de este gran infierno blanco gracias a Emmanuel.
Finalmente es la historia misma, esa mezcla de emociones, de rabia, amor, dolor, tristeza, miedo, lo que termina de darle carga a esta película que durante dos horas y media nos demuestra lo lejos que puede llegar un hombre por amor, por justicia, y por darle sentido a su vida y a la de sus seres queridos.
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