Dead Space: El espacio ya no es lo mismo (Parte 1)
Dead Space, a ver. ¿Qué podemos decir de Dead Space? Ya tiene algo de antigüedad: fue el primer juego de la franquicia, lanzado hace 5 años durante el inicio de la generación actual. Creo que me decidí a hablar de la primera entrega y no de la última porque actualmente en la industria “los primeros son mejores que los últimos”, lo cual no debería ser así, no solo si hablamos de videogames, verdad? Hay excepciones por supuesto, pero es como un fenómeno que ya está ahí presente.
Una cosilla más antes de empezar: a criterio mio, esta reseña es muy larga para mi gusto. Deben disculparme, tanta épica junta no se puede resumir. Asi que contacte a mis superiores, y con su permiso si no es mucha molestia vamos a hacer la primera, y ojala sea la última reseña de dos partes en la sección del Videojuego de la Semana. No me gusta dejar las cosas a medias la verdad, pero de nuevo sepan disculparme. Sea como sea, no perdamos más tiempo y hablemos de Dead Space…
Desde el inicio de la generación actual, hasta hoy donde estamos muy cerca del final, no se han propuesto y lanzado muchas IPs (Propiedades Intelectuales) en cuanto al género del Survival Horror. La mayoría de los títulos lanzados al mercado son secuelas de franquicias que ya conocemos: tienen un sistema de juego y un hilo argumental muy bien conocidos y que siempre da de que hablar entre los fanáticos. Es por eso que tratar de establecer una nueva franquicia en el género es a veces un paso riesgoso; la trama, el sistema de juego, los personajes, y los sustos tienen que ser más fuertes que la de los juegos ya conocidos para poder captar la atención y, porque no, que los fanáticos abandonen esas franquicias de las que están acostumbrados porque, quien no quiere innovación. Ese fue el desafío de EA (Electronic Arts) allá por el 2008, quienes lograron su cometido: Dead Space introducía a la scene en un nuevo universo de Survival Horror, en más de una forma.
La historia detrás de Dead Space nos sitúa cientos de años en el futuro, un futuro donde la humanidad ha agotado todos los recursos naturales de la tierra, y donde también por fortuna ha perfeccionado los viajes al espacio. Gracias a eso se desarrolla un proceso conocido como Excavación Planetaria, donde un cuerpo celeste es literalmente excavado y abierto para minar sus valiosos recursos. Hay toda una flota de naves encargada de navegar las estrellas buscando planetas para cumplir dicha labor, y la piedra angular entre ellas es el USG Ishimura, la nave de clase “Excava Planetas” original, la primera en su tipo, y que por tanto ha realizado más excavaciones que cualquier otra nave. Sin embargo, durante una misión de rutina, el Comando Galáctico pierde todo tipo de comunicación con el Ishimura. Y para descubrir que está pasando, se envía a una pequeña tripulación de mantenimiento.
Para Dead Space, se le pone al jugador en las botas de Isaac Clarke, un ingeniero de sistemas que forma parte del grupo enviado. Además de reparar el sistema de comunicación, Isaac tiene un número de razones más para ir al Ishimura: además de tener a varios amigos trabajando en la nave, hay una persona en particular que es muy importante para él y que, poco antes de los eventos que inician el juego, envía un video con algunos mensajes encriptados en él antes de desaparecer. Desafortunadamente para Isaac y su grupo, apenas al llegar al Ishimura se desata el infierno. Su nave es destruida, dejándolos varados en ella. La tripulación es atacada por criaturas llamadas Necromorfos, quienes matan a la mayoría del equipo de Isaac y lo separa de los miembros sobrevivientes. Y como cereza de la torta, el Ishimura y sus sistemas se corrompen y comienzan a fallar gracias a la infestación Necromórfica, quedando en manos de Isaac vagar por los pasillos de la nave en busca de sus amigos y sobrevivientes, y reparar tantos problemas como le sean posibles hasta que pueda escapar de la nave, lo que te llevará unas 12 o más horas como mucho.
Isaac no es tu típico héroe de ciencia ficción; él no llega al Ishimura equipado con armas y granadas, ni tampoco tiene algún entrenamiento especial. Si no tomamos en cuenta la que Isaac encuentra al inicio del juego, todas las armas e ítemes que el jugador encuentre serán vía planos, que están esparcidos por toda la nave. Solo una de ellas es una verdadera arma de fuego, el rifle de impulso; el resto de sus armas son en realidad herramientas de minería, que gracias al conocimiento en ingeniería de Isaac, los planos que encuentra por la nave, y el uso de Nodos, puede hacerlas muchas más efectivas para situaciones de combate. Gracias a los Nodos se pueden mejorar las armas de muchas maneras, ya sea aumentando el número de balas por cartucho, reducir el tiempo de carga, o aumentando el daño que causan. Este sistema de mejoras también se traslada al traje de Isaac, que sirve para ya sea mejorar la durabilidad de la armadura o aumentar las reservas de aire en caso que tengan que vagar en las afueras del espacio (si, no todo sucede dentro de la nave). Los Nodos incluso se utilizan para mejorar módulos de Estabilizador y Kinesis, que sirven para congelar a los enemigos o lanzarles objetos a lo Star Wars, respectivamente. Lo creativo de este sistema, y que daría inicio a varias compañías diferentes a implementarlas en sus franquicias, es que no se puede maximizar cada arma, equipamiento, y/o habilidad en una sola partida; esto fuerza al jugador a escoger en que área se especializará a medida que avanza por la nave.
De vuelta, esto es algo así como un “entre la espada y la pared para el jugador”. Algunas armas son más efectivas que otras contra los Necromorfos, y debido a que se necesita cierto “desmembramiento estratégico” para debilitarlos y matarlos, el arma correcta en la situación correcta puede ser la fina línea entre la vida y la muerte en el juego. Algo que disfruté en Dead Space, fue que dejaron de lado el famoso cliché de los juegos y películas de horror “apunta a la cabeza”. Ahora debemos disparar a los miembros para causar el daño suficiente que nos permita matar a estas bestias, y frecuentemente vas a estar concentrándote en apuntar de forma exacta a esos puntos débiles lo más rápido posible antes de evitar ser rodeado y ser el voluntario de una autopsia extraterrestre casera instantánea. Gracias a la perspectiva de tercera persona “sobre el hombro”, se puede realmente sentir la tensión que quiere transmitir el juego mientras te encuentras luchando con un enjambre de estas criaturas , y para mejorar las cosas, no hay un comando de “giro rápido”. Muchos lo vieron como un problema, otros como una táctica ingeniosa. Me tengo que poner de lado de la segunda opinión: transmite una sensación de vulnerabilidad y claustrofobia que te hace creer en cualquier momento algo puede salir de la nada y matarte.
La atmósfera juega un papel importante en añadir y resaltar la tensión que se experimenta mientas uno se mueve por el Ishimura. En el instante en que uno pone un pie en la nave, automáticamente se le pasa por la cabeza que la situación está jodida: desde maletines y libros hasta herramientas y uniformes de trabajo se pueden encontrar tirados por todos lados. Y a medida que uno se interna más en la nave, se da cuenta de lo violenta y horrible de lo que debió ser la situación, con miembros que parece fueron arrancados del cuerpo, como brazos y piernas, paredes cubiertas de sangre, y otras escenas bien densas que no voy a detallar no por miedo a spoilear, si no porque es algo que creo deben ver con sus propios ojos. Y cuando piensan que no puede ponerse más extraño, es cuando se dan cuenta que llegaron a la parte de la nave donde está más infestada de Necromorfos, y las paredes se ven cubiertas por algo muy similar a la carne, y que en ocasiones si prestan atención, parece que se mueve y palpita, como si tuviera vida propia.
Hasta aquí la reseña. La segunda parte estará arriba mañana sin falta a la misma hora, mismo canal.
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