Confesiones de un viernes por la noche
Hoy quise hacer un cambio tremendo y decidí mudarme al dormitorio de mi hermana.
Cuando pisé sus tierras y me adentré a lo oscuro de su castillo ¡casi me da un infarto! Tanto polvo arrinconado, tantas cosas innecesarias ¡tantas basuras! Y cuando digo basuras no estoy hablando de forma despectiva de sus cosas. Hablo de basura-basura. Paquetes de cereales vacíos, latitas de coca cola, etc.
Bueno como les contaba… me pareció buena idea empezar por tirar todo eso y cuando le dije: “toma… tira esto en el basurero”, me dice:
¿Qué basurero?”
Mi dios.. ¡Me quería morir! Juro que si entraba un feng shuista a su cuarto ¡se pegaba un tiro ahí ehh! ¡Ahí mismo!
El desorden normal , algo así como unas cuantas ropas tiradas sobre la cama, cosas que no están en su lugar, la cama hecha pelotas un poco/mucho, pero su desorden… dios mio, no tiene nombre… ¡o sí! capaz es ¡”el innombrable”! muy a lo harry potter I know
Pero bueno, no acabe matándola, tampoco matándome ¡ni nadie murió!
Arreglamos -arreglé- todo, todo ¡todo! hasta que quedo lindo. No pude hacer nada con su mueblecito y sus zapatos encima de él y demás cosas -porquerías- pero quedaron de SU lado y no me molestan en lo absoluto -por ahora- sí, sí, sí, soy una obsesionada pero bueno, cada quien con su manía.
Finalizando mi confesión de la noche… Mi querido amigo Damián compartió este video conmigo y yo quiero compartirlo con ustedes. Se presta para lo que viví con mi hermana. Ella se parece mucho al gatito del video; chiquita, linda, divertida pero toda una maquina de hacer desastres.
Últimos comentarios