Batman: Arkham Origins – Año Uno
Fue inevitable que mientras jugaba este Batman se me viniera a la mente “Año Uno”, mejor conocido como Year One. Year One, para los no conocedores, es una tira cómica que cuenta los primeros años de Batman como el Caballero Oscuro. Y las similitudes entre el juego y dicho cómic son increíbles: podría decir que a cierto grado es el mismo cómic hecho videojuego. Saliendo un poco del tema, tanto fue el éxito de dicha tira cómica que se adaptó al formato película, la cual recomiendo altamente verla; difícilmente algo que este relacionado con el “Batman-verse” resulta en algo mal hecho. Eso es nada más para explicar un poco el encabezado del post y que no se sientan perdidos. Ahora si, a la reseña.
Las precuelas pueden resultar de dos formas: pueden resultar un desastre, al punto donde todas esas buenas críticas que tenías de los originales anteriores podrían cambiar o desaparecer. O pueden resultar todo un éxito, asentándose sobre la narrativa ya establecida, dando mayor percepción a un historia ya fija. Basándonos en esto, ¿a cuál tipo de precuela creen que pertenece entonces Batman: Arkham Origins? Antes de responder, recordemos que esta ocasión no es el equipo de Rocksteady, developer de las anteriores entregas, el encargado de esta nueva entrega, sino que son los muchachos de WB Montreal esta vuelta los custodios de la franquicia Arkham. Quiere decir que estamos frente a otro enfoque, otro toque, otro estilo; llámenle cangrejo. Entonces, tomemos la pregunta anterior desde otro enfoque: ¿fue capaz el equipo de WB Montreal de traernos una aventura a la altura de la saga ya establecida por Rocksteady, o han hecho de este juego una de las raras ocasiones en las que Batman “tropieza con su capa”?
Ya sea en los cómics, en las películas, en los juegos, o en las series, Batman empieza a “trabajar” cuando prácticamente la oscuridad cubre Ciudad Gótica totalmente, pónganle las 11 de la noche más o menos. Y es en medio de esa entintada oscuridad y el peligro implacable que solo existe en Gótica a donde WB Montreal trata de llevar a Batman de vuelta, siguiendo “las huellas de león” dejadas por Rocksteady y los títulos que le valieron el reconocimiento que tienen dentro de la scene, Batman: Arkham Asylum y Batman: Arkham City. Es así como Batman: Arkham Origins nos muestra a un Bruno Díaz en sus inicios, con una historia ubicada 5 años atrás de los primeros dos juegos, en donde Batman es prácticamente un recién llegado: un joven e inexperto Bruno alimentado por la rabia y que prefiere trabajar solo, y que aun no conoce a James Gordon; un mito urbano que va de boca en boca entre los matones que vagan por los callejones de Gótica, hasta que aparezca ante ellos para demostrarles que tan real es. Cuando uno mira la idea en papel se ve algo “pila” el hacer una precuela, más aun con nuevos actores para las voces, y la duda vuelve a surgir: ¿pudo el equipo de WB Montreal llegar a estar a la altura de Rocksteady? La respuesta corta es un redundante si. Batman: Arkham Origins es lo más cercano al molde de Arkham City, pero de una manera inimaginable; de la buena.
La narrativa en Origins es muy buena, llevándonos a una Gótica que va decayendo lentamente mientras los villanos van por las calles en busca del Caballero Oscuro, con la esperanza de cobrar los 50 millones de dólares que Máscara Negra ha puesto como recompensa por su cabeza. El juego bien pudo haber sido una de esas historias donde vas del punto A al B; donde los asesinos uno por uno tratan de eliminar a Batman. Pero en lugar de eso tenemos una historia bien densa y variada, con el clásico giro en la trama que ya venimos conociendo de las anteriores entregas. Como opinión personal, el giro en la trama de esta entrega fácilmente hace 6-0 a las de sus predecesores, nunca en serio espere algo así.
Visualmente hablando, el juego es una delicia, estando un paso adelante de su predecesor. Claro, ahora se usa un poco más de foto-realismo en las gráficas, y hay muchas más escenas FMV/CGI que en cualquier otro juego de Batman, pero no pasa tanto por ahí. Más pasa por el hecho de visitar un universo… algo familiar, y que a la vez se siente fresco y nuevo. Déjenme explicarles: incluso cuando estés pasando por un edificio que seguramente habrás visto miles de veces en Arkham City, viene de una Gótica diferente de muchos años atrás, indistinguible de su contraparte futura. De hecho toda la cuidad en si se siente como un nuevo terreno, sin ningún rastro de inundaciones que prevalecen sobre una porción de Gótica como habíamos visto en el juego anterior, y con una arquitectura más alta e imponente para escalar.
También el apartado de audio no se queda atrás, manteniendo la la atmósfera oscura que caracteriza a la serie. Y el apartado de voces debo decir que generó mucha polémica en su momento, cuando se supo que el “dúo dinámico” de Kevin Conroy y Mark Hamill no doblarían a sus personajes insignia para esta entrega. Aun así, Roger Craig Smith (Batman) y Troy Baker (El Guasón) demostraron estar a la altura y que les calzan los zapatos de sus predecesores. De hecho, difícilmente notarán que los actores fueron cambiados.
Las únicas quejas que tengo son las ocasionales cargas de textura, problema que se viene arrastrando desde Arkham City, y la sensación que la ciudad se siente algo vacía, con unos grupos de matones y policías corranteuptos ubicados aquí y allá pero muy distanciados unos de otros. Lo último lo interpreto como una queja sin fundamentos; recuerden que el juego se desarrolla en vísperas de Navidad. Así que, vamos, ¿quién es su sano juicio pasaría Noche Buena afuera, encima con nieve y frío como culo de pingüino? Creo que analizándolo desde esa perspectiva, la falta de NPCs en el mapa está bien justificada.
Pasando al apartado jugable, se mantiene muy fiel con respecto a las anteriores entregas: exploración, secciones de Combate, y secciones de Depredador. Para los que hayan jugado los Arkham de Rocksteady será como una bienvenida de vuelta a casa. Así como en Asylum y en City anteriormente, Origins trata sobre infundir el terror sobre los enemigos, aunque esencialmente hablando la mecánica de juego permanece intacta con respecto al City, con algún que otro artilugio nuevo o modificado. Por ejemplo tenemos la Granada Adhesiva, que funciona exactamente igual a la Granada Congelante, y el Detonador de Conmoción, un híbrido entre una granada pegajosa y una granada cegadora, sin mencionar que Batman contará con nuevos movimientos y habilidades en su repertorio. Aunque créanme que no habrá nada más satisfactorio que dar la vuelta la tortilla de las peleas una vez que hayamos conseguido los Guantes Eléctricos, otro nuevo juguete introducido en Arkham Origins. Resumiendo un poco, Arkham Origins no trata de salirse del molde ni de reinventar las reglas en este apartado, y sin embargo logra sobresalir y prueba ser tan adictivo y divertido como sus predecesores.
Otra nueva característica del apartado jugable es la reencarnación de una vieja versión del Modo Detective. Recordemos que Bruce apenas comienza su camino como Batman y que por tanto sus habilidades no están del todo pulidas, entre ellas su gran capacidad detectivesca. Ahí es donde entra en acción el “nuevo” Modo Detective, que ahora nos permite recrear escenas del crimen en tiempo real basadas en las diferentes pistas que iremos encontrando, para luego escuchar la conclusión del propio Batman. Dentro de todo, es divertido: uno se siente más involucrado dentro del sector detectivesco del universo Batman. Sin mencionar que dicho Modo más adelante será una pieza vital en una escena clave del juego, que por cierto les dejará con la boca abierta.
Aparte de la generosamente proporcionada campaña, los chicos de WB Montreal también han añadido un modo multijugador al título, el primer título de la saga Arkham en implementarlo de hecho. La experiencia del multijugador no arruina para nada la experiencia de la Campaña, y de hecho que presenta varias ideas geniales. Pero lastimosamente no alcanza a brillar con su luz propia y sobresalir. En su esencia más pura, es un clon de Gears of War en donde tenemos dos bandos criminales luchando entre si en un tiroteo directo, mientras que otros jugadores son elegidos al azar para encarnar a Batman o Robin. Poder jugar como el dúo dinámico fue lo único que me pareció divertido del multijugador, mientras uno va llenando una barra de Intimidación al ir atacando a los enemigos por sorpresa desde arriba. El multijugador en sí no es malo: el sistema general es bastante decente, con mecánicas de disparos y cobertura es bastante sólidas, y la forma que busca encajar dentro del “Arkham-verse” le viene como anillo al dedo. Sin embargo, ya como había hablado en la reseña de Tomb Raider: a criterio mío, el multijugador es un relleno innecesario dentro de los juegos de acción.
Concluyendo, todo un regreso triunfante del Caballero Oscuro en su tercera entrega. Batman: Arkham Origins es la prueba que la serie está en buenas manos por parte del equipo de WB Montreal. Ya cuando te aburras de andar buscando matones por las calles una vez terminada la historia, que lleva alrededor de 10 a 15 horas, el juego aun tiene mucho más que ofrecer, y en ese aspecto prefiero no comentar en absoluto. Primero por el favor de no spoilearlos, y segundo porque es una experiencia por la que ustedes deben pasar de ser posible. Solo diré que a diferencia de las entregas anteriores, los coleccionables en esta entrega son tan solo la punta del iceberg.
Desarrollado bajo los fuertes cimientos de los dos primeros títulos Arkham, Origins vuelve a traernos la calidad de sus predecesores con una historia bien densa y completa, un sistema de juego brutal, y la fidelidad que tiene con respecto a sus raíces, el “material de origen”. Nota: 9 de 10.
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